21 may 2012
Por Alejandro Contreras.
Este pasado mes de febrero acababa encumbrando a THE ARTIST (2011) como la película francesa más premiada de la historia, contando los 5 premios Oscar que incluían el de mejor película. De ahí a animarse a resumir el 2011 como “el año del cine francés” hay un trecho.
Simplemente si revisamos qué títulos ganaron los principales festivales de cine, nos cuesta encontrar una película francesa encabezando algún palmarés.Venecia fue para el ruso Aleksander Sokurov y su FAUST (2011), San Sebastián para el español Isaki Lacuesta por LOS PASOS DOBLES (2011), Berlín para el iraní Ashgar Farhadi y su JODAEIYE NADER AZ SIMIN (A SEPARATION) (2011), Toronto para la libanesa Nadine Labaki y su ET MAINTENANT ON VA OÙ? (2011), Cannes para el norteamericano Terrence Malick y su THE TREE OF LIFE (2011), y la sección internacional de Sundance tuvo una mención especial para TYRANNOSAUR (2011), la opera prima del británico Paddy Considine, que además fue honrado con el premio al mejor director del festival de Robert Redford.
La aventura parisina de Woody Allen ha supuesto un éxito de crítica y público en su carrera, pero también Spielberg se fue a Reino Unido a grabar WAR HORSE (2011) y no se le ha dado tanto bombo. Tal vez porque cuesta mucho diferenciar entre la cinematografía británica y la norteamericana, hasta el punto que en los premios BAFTA en lugar de resaltar lo mejor del cine británico se ha convertido en una réplica de los Oscars. ¿Qué ocurriría en España si en la última edición de los Goya hubieran nominado a mejor película a THE ARTIST (2011), THE DESCENDANTS (2011) y THE HELP (2011), en lugar de NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS (2011) o LA PIEL QUE HABITO (2011)? Pues eso mismo lleva ocurriendo los últimos años con los premios de la Academia británica.
Y es una pena porque la academia británica debería apoyar y empujar su propia producción, como hace el resto de las academias nacionales. Y más en un año donde tenía títulos tan potentes como SHAME (2011), MY WEEK WITH MARILYN (2011), TINKER TAILOR SOLDIER SPY (2011) o WE NEED TO TALK ABOUT KEVIN (2011). El día de las nominaciones a los BAFTA 2012 las redes sociales destacaron más las ausencias de Peter Mullan y Olivian Colman, protagonistas de TYRANNOSAUR (2011), que a los propios nominados. Al final de los dos premios restringidos a títulos británicos, TYRANNOSAUR (2011) se resarció consiguiendo el premio a la dirección y producción novel de Paddy Considine y Diarmid Scrimshaw.
En la corta filmografía de Paddy Considine como director, como actor tiene más de 20 intervenciones, nos encontramos con su único cortometraje hasta la fecha: DOG ALTOGETHER (2007). Este título le sirvió no sólo para conseguir un León de Plata de Venecia 2007 sino además para conseguir un BAFTA al mejor cortometraje. La historia de
DOG ALTOGETHER (2007) terminó siendo la base del primer largometraje de Considine,
TYRANNOSAUR (2011) .
Tanto Peter Mullan como Olivia Colman retomaron cuatro años después a Joseph y Anita, aunque esta última en el largometraje pasó a llamarse Hannah, incluso rodando de nuevo alguna escena como aquella en la que Joseph se refugia en la tienda deAnita/Hannah.
Además del retratar con mucho acierto una población cualquiera del norte de Inglaterra, Paddy Considine ha creado dos personajes tan opuestos como son sus protagonistas, y que a la vez tanto se necesitan. Por un lado el solitario que sobrevive reprimiendo sus ataques violentos, y por otro la esposa religiosa de clase media/alta que esconde una violenta historia tras ella. Dos personajes muy atractivos para cualquier actor, y que están brillantemente interpretados por sus dos protagonistas. Sin olvidar a Eddie Marsan que le toca defender el personaje más desagradable de toda la película.
Dureza excesiva, y no solo por golpes sino también por actos tan vejatorios como que alguien te orine mientras duermes. No hay ningún oasis en el desierto, y a cada tramo la realidad es más cruel con los protagonistas. Tal vez demasiado. No son solo perdedores sino es que además no tienen la suerte de cara, y todo les sale mal. Con lo cual la sensación después de ver
TYRANNOSAUR (2011) es justo la contraria a cuando ves INTOUCHABLES (2011). Choca mucho que haya espacio para una relación romántica que durante buena parte del metraje parece improbable, ya que el director parece que nos va contando que el protagonista está más interesado por los hombres que por las mujeres, para luego obviarlo en pro del desenlace final.
Que en Paddy Considine hay buena materia prima de cineasta, no hay ninguna duda. Que sus siguientes trabajos tendrán más presupuesto y menos fallos técnicos, también. Aún así, a pesar de las dos interpretaciones tan magistrales de Peter Mullan y Olivia Colman, sigo prefiriendo otras películas de esos suburbios británicos como la que rodó Andrea Arnold en FISH TANK (2009).
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