31 ene 2011

Por Alejandro Contreras

Aunque su madre le ha dejado un mensaje en el contestador invitándole a compartir el fin de semana, Aaron Ralston (James Franco) tiene otros planes. Él prefiere coger su mochila y su bicicleta para irse a caminar y escalar por los cañones de Utah. Para esta ocasión ha seleccionado como destino el cañón de Big John, uno de los lugares menos conocidos y transitados por otros escaladores.

De camino al cañón de Big John, se encuentra con Kristi (Kate Mara) y Megan (Amber Tamblyn), un par de chicas algo novatas que están algo perdidas. Aaron se ofrece para ayudarlas y les indica el camino hacia su ruta, no sin antes llevarlas a una gruta muy especial donde poder darse un buen chapuzón. Las chicas no pierden la oportunidad y le invitan a un fiesta que van a organizar para esa noche. Con la promesa de que se uniría a la fiesta después de acabar su ruta, Aaron se hace una fotografía con ellas y prosigue su camino.

Cuando ya estaba a punto de llegar a su destino, un traspié en un descenso le coloca en una situación bastante delicada a la que nunca se había visto expuesto. Con sólo una camara de video, una navaja y algunos utensilios más que llevaba en su mochila, y siendo consciente de que nadie va a venir a socorrerlo, Aaron tendrá ante si la prueba de supervivencia más dura de su vida.

Danny Boyle no sale muy mal parado del reto de rodar una historia practicamente con un único actor y tener enganchado al público durante la proyección. Pero siendo sincero, el resultado no es tan contundente ni emocionante como el de BURIED (2010) de Rodrigo Cortés. Danny Boyle ha recurrido a flashbacks ficticios y otros recursos que sabiamente reusó utilizar Rodrigo Cortés, con lo cual la historia que se nos presenta es básicamente la que te supones. Y si encima te has enterado del único giro notable del guión, pues la película termina siendo algo previsible.

El protagonista tiene el reto de cargar con todo el peso de la película, prácticamente todas las líneas de diálogo y además con suficiente cuidado de que el retrato de una persona real no enfade a nadie por el retrato que se haga. El encanto de James Franco no es suficiente para mantenerte alerta toda la película, y terminas un poco harto de él y de su personaje. Cierto es que pocos podrían salir bien parados de semejante reto, pero este mismo año hemos visto que un actor como Ryan Reynolds conseguía en la película de Rodrigo Cortés superarlo con creces.

Al querer ser tan fieles con la historia original se ha ido en detrimento del resultado final de la película. Una de las mejores escenas, la del baño en la gruta con las excursionistas perdidas, no ocurrió en realidad, fue un añadido al guión. El mundo anterior que se nos retrata de Aaron no es nada fuera de lo común y tal vez se podría haber reescrito para reforzar la película.

Cuando vi BURIED (2010) fantasee con la idea de cómo rodaría Hollywood una historia como la que nos presentaba Rodrigo Cortés, y con esta 127 HOURS (2010) ya tengo la respuesta. Tal vez sea más fácil reconocer una película protagonizada por un héroe anónimo que otra más incómoda que sólo hace señalar los brutales daños colaterales que tienen las guerras. Ni la película es tan buena como nos quieren hacer creer, ni James Franco está tan brillante. Si le quitamos la anécdota, la película se queda en nada. Una nada muy bien filmada, pero en el fondo nada.

25 ene 2011

Por Alejandro Contreras

La vida de Nina Sayers (Natalie Portman) ha estado dedicada en cuerpo y alma a la danza desde pequeñita. Su madre Erica (Barbara Hershey) fue una bailarina amateur que no llegó a nada, y pone todo su empeño en que Nina logre a ser una estrella para lo cual ejerce un férreo control de su formación, sus entrenamientos y de cualquier aspecto que la pueda distraer al respecto.

El director artístico Thomas Leroy (Vincent Cassel) está preparando una nueva producción del "Lago de los Cisnes" y necesita una nueva primera bailarina que releve a Beth Macintyre (Winona Ryder), a la que ya considera que es demasiado mayor para seguir bailando. Nina al igual que el resto de sus compañeras se presentará al casting pero aunque su técnica es excelente, Thomas cree aunque Nina encarna perfectamente al cisne blanco de la obra, es demasiado inocente para el cisne negro, el reverso negativo del blanco.

Cuando Nina pensaba que ya tenía el papel perdido, una reacción suya a un beso robado por Thomas consigue que el papel acaba siendo para ella. Comienza los duros ensayos y no consigue sacar lo que necesita el personaje del cisne negro. No solo su cuerpo comenzará a resentirse sino su estado mental ya que cada vez son más continuas las alucionaciones y los comportamientos psicóticos.

La aparición de Lily (Mila Kunis), una bailarina más joven que ella y que encarna la personificación en vida del espíritu del cisne negro, hará sentir a Nina que su puesto corre peligro y que todos se burlan de ella. Su mayor competidora en el baile será a la vez una aliada para que Nina pueda comenzar a recorrer un camino que ella jamás ha transitado y que le llevará a lo más profundo de su lado más oscuro. 

Para poder sacarle todo el jugo a esta película hay que tener muy fresco el argumento original de la obra "El lago de los Cisnes". En ella, la joven princesa Odette era condenada por el malvado hechicero Von Rothbart a ser una mujer por el día y un cisne por la noche. Este hechizo sólo podía ser roto si algún joven se enamoraba perdidamente de ella, aunque si esa promesa de amor se rompía ella sería un cisne blanco de por vida.

El principe Siegfried se enamora de Odette y decide anunciar su compromiso en el próximo baile real. Ante lo cual, el hechicero decide confundirle enviando a su hija Odile al baile con la forma de un cisne negro. Siegfried confunde a Odile con Odette, y al declarar su amor al cisne equivocado condena a la pobre Odette a ser un cisne hasta el resto de su días. Sólo le queda una manera de romper el hechizo y es con la muerte, con lo que la obra termina con la muerte de ambos y su posterior ascensión a los cielos.

Digo lo de tener fresco porque los guionistas han usado la historia de la princesa Odette para construir la de la bailarina. Pero no es una simple traslación del cuento original al siglo XXI, sino que el personaje de Nina irá adentrándose tanto en su doble personaje que irá descubriendo paralelismos de éste en su propia vida. Desde la primera escena de la película donde Nina tiene una pesadilla donde se encuentra con un bailarín que bien podría ser el malvado hechicero del cuento, Nina irá descubriendo analogias entre lo que le va ocurriendo a ella y la historia de Odette, aunque no siempre tenga muy claro a qué personaje de la historia se va correspondiendo aquellos que interactuan con ella (y aún menos el espectador).

No es la única referencia que se ha tomado para esta película ya que se revisan algunas de las tesis que el ensayista, investigador y financiero libanés Nassim Nicholas Taleb publicó en su libro "El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable" (The Black Swan Theory). Allí explicaba como algunos eventos poco probables y de dificil predicción, tiene un impacto desproporcionado más alla de lo que se puede pronosticar. En concreto, la interpretación perfecta que consigue el personaje de Natalie Portman, tan perfecta que ni siquiera la anterior bailarina logró, tiene un impacto brutal en todos aquellos que la rodean (y que dios me libre de destripar).

Ha sido indudable recordar MILLION DOLLAR BABY (2004), no sólo porque las protagonistas de ambas tuvieron que dedicar bastante tiempo a entrenarse para sus personajes, sino porque al verlas iba descubriendo que la película que tenía delante no era para nada lo que parecía a priori. Lejos de ser una versión de SHOWGIRLS (1995) en el mundo de la danza clásica, nos encontramos con una película mucho más rica, compleja y que a ratos apunta al terror, contando con una protagonista tan atormentada como el protagonista de PI (1998), el primer largometraje que dirigió Aronofsky. Y además con un juego entre realidad y ficción, tan de moda este 2010 con INCEPTION (2010), que conseguirá que al final de la proyección cada espectador tenga la sensación de haber visto una película distinta.

La película es impecable en su factura, en sus efectos especiales, en su guión, en su dirección y en el elenco de actores seleccionados. Todos están para premiarles, desde la madre tigre Barbara Hershey, la bailarina venida a menos Winona Ryder, el director artístico Vincent Cassel y la astuta y sensual Mila Kunis. Pero sin lugar a dudas la que está absolutamente maravillosa es Natalie Portman con un papel que le ha exigido dar el doscientos por cien de lo que exige cualquier otro personaje protagonista.

Sin lugar a dudas BLACK SWAN (2010) es una grandísima película, moderna, transgresora y que todo el mundo debería experimentar. Sin lugar a dudas una de las mejores películas del 2010 y que con el paso del tiempo será mucho más recordada que otras coetáneas que han salido mejor paradas en las nominaciones de los Oscars (por ejemplo THE KING'S SPEECH (2010)).

21 ene 2011

Por Alejandro Contreras

En la Inglaterra donde reina Jorge V, su hijo pequeño y actual duque de York, Alberto (Colin Firth) es invitado como suele ser habitual a otros miembros de la casa real a que realice un discurso en la apertura de una exhición que tiene lugar en el estadio de Wembley en 1925. Allí ante una multitud de súbditos y su esposa Isabel (Helena Bonham-Carter), Alberto es incapaz de expresarse con un discurso fluido ya que sus nervios y su tartamudez lo terminan por bloquear.

Tras ese incidente, comienza a asistir a diferentes terapias para solucionar ese problema pero sin muchos resultados. Al final Alberto desiste en tratar de solucionar esto, más sabiendo que sería su hermano mayor Eduardo (Guy Pearce) quién algún día sustituiría en la corona a su padre, y él no tendría que hablar tanto al público. Isabel no desiste en encontrar alguna manera de ayudar a su marido y se pone en contacto con Lionel Logue (Geoffrey Rush), un australiano aspirante a actor teatral que tiene técnicas novedosas para solucionar problemas del habla. Alberto no quiere volver a fracasar en lo mismo y es reacio a retomar otra terapia, y más con alguien que usa métodos muy poco ortodoxos.

Con la muerte de su padre, su hermano mayor se convierte en Eduardo VIII. Éste no tiene las cualidades organizativas de Alberto, más interesado en vivir una historia de amor con una mujer ya casada, algo que está provocando un escándalo no aceptable para la Iglesia Anglicana. Ante una inminente abdicación de Eduardo, Alberto se convertiría en rey y ya sí que no tendrá más remedio que hacer lo que haga falta para solucionar sus problemas con el habla.

THE KING'S SPEECH (2010) es un nuevo ejemplo del buen hacer y la alta factura del cine británico más "académico". Esto, junto a una perfecta ambientación de la época y al buen hacer de sus dos protagonistas es algo que no admite discusión. Aunque la película usa algunos de las localizaciones originales, realmente la historia se desarrolla en escenas que bien parece la escenografía de una obra teatral. 

Todo esto no impide que la historia sea previsible al más no poder. Esa historia de superacion personal mezclando con el nacimiento de una amistad ya la hemos visto tantas veces en el cine que el que ahora sea con un rey tartamudo y un logopeda australiano no motiva lo más mínimo. No sería justo decir que la película es aburrida porque la trama se va desarrollando a buen ritmo, pero tal vez sus dos horas se hacen largas.

Es cierto que Colin Firth hace un buen trabajo, pero bastante por debajo de su impecable trabajo en A SINGLE MAN (2009) de Tom Ford. El duelo interpretativo y de los personajes protagonistas está muy por debajo del que vimo en FROST/NIXON (2008), aunque es cierto que se agradece ver a Geoffrey Rush en un personaje de perfil más contenido que lo suele hacer. Junto a ellos dos a ratos vemos a una Helena Bonham-Carter que vuelve a hacer otro de sus insulsos papeles de época.

No es la primera vez que Tom Hooper se atreve a dirigir algo sobre la monarquía británica y ya dirigió ELIZABETH I (TV) una miniserie donde Helen Mirren daba vida a la reina consorte Isabel I (más conocida como "la reina madre"), el mismo personaje que Helena Bonham-Carter da vida en THE KING'S SPEECH (2010), y madre de la reina actual, Isabel II, que también dio vida Helen Mirren en THE QUEEN (2006) y con la que llenó su casa de premios incluyendo el Oscar.

Premio del público en el Festival de Toronto 2010 y la más nominada en los Globos de Oro 2011, hará las delicias de aquellos que les gustan lo que siempre se han llamado "película hecha para ganar premios", y que tanta grima dan. Más allá del bonito envoltorio de pelicula de alta gama, apenas hay un par de escenas memorables como la de los insultos de un enfado rey Jorge VI o el momento final del balcón. Por mucho que la publiciten como la mejor película del 2010, no lo es. Eso sí, es un vehículo de lujo para conseguir que Colin Firth regrese a la alfombra roja de los Oscars para recoger el premio que le deben de la última edición. Aunque tal vez no las tenga todas consigo y ni siquiera le haga falta prepararse un nuevo discurso. 

19 ene 2011

Por Alejandro Contreras

Julio Medem ha rodado la versión lésbica de EN LA CAMA (2005), la gran película del chileno Matias Bize. La adaptación es bastante pobre por lo poco creible de la relación de ellas dos, como las tramas o las confidencias aparecen sin venir a cuento, con mucho desnudo gratuito y una música irritante que no consigue tapar las carencias del guión. Y para más inri, el doblaje en español hace un flaquísimo favor a sus actrices.

Dentro de este desastre sólo salvo a Elena Anaya que se come la cámara con su rostro más que con sus palabras. Elena Anaya barre literalmente a su compañera, la ucraniana Natasha Yarovenko, aunque con bastante momentos sonrojantes (esa rumba merece cárcel). Un par de interrupciones de Enrico LoVerso y Najwa Nimri, junto con el uso de la tecnología para desarrollar la trama, elementos que diferencia a esta película de la chilena, tampoco son demasiado acertados.

Sigue la caida libre de un director como Julio Medem que ha logrado plasmar en sus primeras películas algunas de las mejores historias de nuestro cine, y que cada nueva película es más vergonzante. Eso si, hará las delicias de quiénes necesiten material para masturbarse viendo a un par chicas de buen ver. Quién quiera ver cine que rescate la original EN LA CAMA (2005).

 

18 ene 2011

Por Alejandro Contreras

Esta película fantasea con la juventud de Lope de Vega (Alberto Amman), sus primeros pasos en el mundo del teatro y el triángulo amoroso el que forma junto a Elena Osorio (Pilar López de Ayala) e Isabel de Urbina (Leonor Watling).

Más cercana a un capítulo especial de la serie ÁGUILA ROJA (TV) que a una gran producción, aunque cuente con un plantel de grandes actores como Juan Diego, Luis Tosar, Antonio de la Torre o Pilar López de Ayala que han sido totalmente desaprovechados. A Alberto Amman le viene grande un personaje protagonista, y el brillo que mostró en CELDA 211 (2009) puede que nos cegara y no vieramos que es el relevo perfecto de otro guaperas del cine patrio como Eduardo Noriega.

Es una pena que el gran potencial del que dispone el cine español con una de las mejores literaturas a su espalda, y no le sacamos todo el partido con grandes películas como hacen los británicos. A años luz de la película SHAKESPEARE IN LOVE (1998) de la que rescata (o mejor dicho copia) el mismo argumento de partida. Las comparaciones son odiosas, y si bien Alberto Amman no es tan encantador como el personaje de Joseph Fiennes, tampoco Leonor Watling luce como lo hizo Gwyneth Pathrow

Menos mal que no la vi en el cine, porque me quedé dormido 2 veces viéndola. Aburrida, mediocre y que en un plis plás habrá pasado al olvido. Ni tan siquiera sirve como vehículo de lucimiento para Alberto Amman que sale horroroso. Aunque no tanto como la barba de todo a 100 que luce Miguel Ángel Muñoz. Un horror.
 

17 ene 2011

Por Alejandro Contreras

Andreu (Francesc Colomer) es tan sólo un adolescente cuando ve como el carromato donde viajaba Dionis Segui y su hijo, de edad parecida a la de Andreu, se desploma por un barranco. Esta tragedia no solo sacude a Pauleta (Laia Marull), que de un plumazo ha perdido a toda su familia, sino también al padre de Andreu,  Farriol (Roger Casamajor) que ha perdido a su mejor amigo.

En plena posguerra, tanto Dionis como Farriol vivían con el estigma de haberse posicionado ideologicamente en el lado de los hoy vencidos de la guerra civil, con lo que Farriol no tiene ninguna duda de que este accidente es en realidad un asesinato y que ahora él es el siguiente objetivo. En cuanto descubre que las autoridades locales se están planteando acusar de las muertes, Farriol decide poner tierra de por medio y huye a Francia, no sin antes pedirle a su hijo que cuide de sus pájaros y nunca abandone sus ideales.


Con la marcha de Farriol, su esposa Florència (Nora Navas) se ve obligada a trabajar día y noche en la fábrica del pueblo para poder salir adelante. Sin tiempo para cuidar de Andreu, decide enviarle a casa de la abuela con sus primos para que pueda seguir yendo a la escuela y algún día llegar a ser un buen médico. Allí no sólo aprenderá del maestro de la escuela (Eduard Fernández) sino también de Nùria (Marina Comas) una prima muy espabilada que por culpa de una granada perdió su mano, y de la desvergonzada tía Enriqueta (Marina Gatell).

Paseando por el bosque se encuentra un día con un joven adolescente que se baña desnudo en el río. Aunque al principio lo confunde con el legendario Pitorliua, un híbrido entre humano y pájaro protagonista de una vieja leyenda local, resulta que es un adolescente tísico que vive aislado por su enfermedad con otros como él en un convento. Enseguida se sentirá fascinado por el joven aún sin entender muy bien el porqué.

Andreu irá descubriendo que muchas de las cosas que le habían contado de pequeño no eran ciertas y se irá adentrando al mundo de los adultos. En esta particular pérdida de la inocencia no solo se va haciendo consciente de que ese mundo está repleto de mentiras y de miserias, sino que irá descubriendo poco a poco quién es él.

A muchos les puede dar pereza el ver otra película más enmarcada en tiempos de la guerra civil o la posguerra española, pero la historia que refleja la novela original de Emili Teixidor bien podría enmarcarse en otro país y en otra situación distinta. Agusti Villaronga nos presenta una historia donde los adolescentes van descubriendo lo crudo que es el mundo sin "faunos" y con una serie de personajes lejos de los arquetipos habituales del franquista malvado y el "rojo" heroico. Pero es que encima consigue introducir otro tema menos manido y es el cómo se trataba (mejor dicho, se maltrataba) a los homosexuales de la época.

Arranca con la que es sin dudas la mejor escena de toda la película: la brillante escena del asesinato de Dionis Segui y el posterior despeñamiento del carro y el caballo. Realmente impresionante. A partir de ahí vamos asistiendo a un relato que no te esperas y que nos va descubriendo una historia que mantiene su tensión hasta el final. Cierto es que algunos personajes son planos y cliches, pero se compensan con otros más profundos y que tienen más de una arista.

Nora Navas fue premiada con una Concha de Plata por su interpretación en esta película en la última edición del Festival de San Sebastián, pero no es la única que merece ser reconocida por su buen trabajo, que yo haría extensible al  joven actor Francesc Colomer, Marina Comas y a Roger Casamajor. Con una participación más pequeña, merece ser resaltado el actor que da vida al joven enfermo y cuyo nombre artístico no he conseguido averiguar.

Otros más conocidos como Laia Marull, Sergi López o Eduard Fernández no deslucen pero tampoco su trabajo es tan destacable como en otras ocasiones. Hubiera preferido haberla visto en catalán con subtítulos en español, pero la versión que ha llegado a Málaga ya estaba doblada en español. Tal vez así podría valorar con más justicia a los actores de la película.

PA NEGRE (2010) no es otra película más sobre la posguerra, ni un melodrama con buenos y malos claramente diferenciados. Es sin duda una propuesta distinta aunque rodada con un enfoque clásico que consigue recuperar al mejor Agusti Villaronga, uno de los directores malditos de este país.

14 ene 2011

Por Alejandro Contreras

Sólo hace seis meses que lo han dejado, tras seis años viviendo juntos, y Ramiro (Oriol Vila) y Andrea (Barbara Lennie) siguen quedando de vez en cuando para ver cómo les va la vida. Ramiro le ha dejado a ella el piso que ambos compartian y ha regresado a casa de sus padres, además de que sigue con su trabajo en la libreria de su tío. Arropado por sus amigos que andan algo preocupados por él, Ramiro comenzará a plantearse planes de futuro que enlazan con sus proyectos del pasado, aunque en el fondo él sólo desea regresar con Andrea.

Diez años después de su único cortometraje, CERO EN CONCIENCIA (2000), en el que aparecía en los créditos con un seudónimo (Jonás Groucho) para omitir el lazo que le une a su padre Fernando Trueba, se estrena en el mundo del largometraje ya con su nombre real. Ya había participado en el guión de otros largometrajes, por ejemplo en EL BAILE DE LA VICTORIA (2009) junto a su padre, con lo cual era obvio que para su opera prima también sea responsable del guión, en esta ocasión junto a Daniel Gascón.

Jonás plantea una historia pequeña y muy cercana, más al estilo de las películas de sentimientos francesas que de las comedias románticas americanas. Muy preocupado por la forma con pequeños detalles donde Jonás quiere ir mostrando su impronta personal, pero algo verde en el resultado final. Realmente la historia principal no engancha y da la sensación de que apenas ocurre nada durante la hora y media de metraje. Es cierto que Jonás nos lleva a situaciones bastante verosímiles y creibles, pero que en conjunto no terminan por interesar mucho. Ni siquiera consigue emocionar en el mónologo final como era la intención, preludio de un final abierto al que sólo le falta una peonza girando.

Se queda a años luz de TU VIDA EN 65' (2006) de Maria Ripoll de la que guarda muchas semejanzas. Una de ellas es que en ambas aparece Oriol Vila que en ésta puede demostrar su solvencia como actor llevando el peso de la historia sobre él, y que servirá para que otros cineastas se fijen más en él. Junto a él una Barbara Lennie que hace tiempo que no tiene que demostrar nada, y que es junto a Oriol lo más salvable de la película.

Aún le quedan muchos años para que Jonás Trueba pueda demostrar que tiene mucho más talento que en esta decepcionante y aburrida película.

13 ene 2011

Por Alejandro Contreras

Con el único bagaje como director de ficción del último capítulo de MEDICO DE FAMILIA (TV), Emilio Aragón hace su debut en el mundo del largometraje con una historia homenaje a la generación de cómicos que vivieron los duros años de la guerra y la postguerra. Se ha rodeado de lo mejorcito que hay en Globomedia, y técnicamente los fotogramas de la película son propios de grandes producciones, con un elenco de actores que cualquiera quisiera.

Lastima que él sea responsable de los dos puntos más flacos de PÁJAROS DE PAPEL (2010). Por un lado un guión demasiado amable y blanco que recuerda demasiado a la ¡AY, CARMELA! (1990) de Carlos Saura, y en una de sus escenas finales al INGLORIOUS BASTERDS (2009) de Tarantino. Pensaba yo que gracias a los recuerdos de su padre podría alimentar la historia con personajes y vivencias más reales que los arquetipos y personajes clichés con los que ha poblado el relato. Eso no desmerece las buenas intenciones que esconde esta película y el homenaje que rinde a su padre con una escena lucimiento final que brilla algo más que el conjunto.

Cuando una película que tiene tantos medios y tan buenos profesionales no funciona el único culpable es su director. Las escenas teóricamente emocionantes no lo son, uno de los giros del final resueltos con flashbacks nos recuerda más a capítulos de EL INTERNADO (TV) que a una gran producción, y todo es tan previsible y tan lineal que si no fuera por su poder económico y mediático, otro gallo cantaría. Al menos la banda sonora no está tan mal, aunque el tema principal de la historia es algo simplón.

De los actores hay de todo. Imanol Arias no está muy fino y es la pata más floja de una silla donde Lluis Homar y Roger Princep se muestran más solidos y creibles. Lastima que no abunde más en el personaje de Lluis Homar, pero es cierto que hacen lo que pueden con los personajes tan planos que ofrece el guión. Del resto de secundarios, la mayoría cara muy reconocibles de las series de Globomedia, me gustaría resaltar el trabajo de Oriol Vila.

Personalmente creo que el debut de Emilio Aragón en la dirección de largometrajes es bastante decepcionante. Da risa pensar que ha estado promoviendo que su película fuera una de las candidatas para los Globos de Oro de este año, y es que el dinero y el poder por suerte no lo mueve todo.

12 ene 2011

Por Alejandro Contreras

Uxball (Javier Bardem) posee un don por el cuál puede comunicar con los espíritus de las personas recién fallecidas y así ayudarles a avanzar en su tránsito al más allá. Él que tan acostumbrado estar a tratar con la muerte, no concibe la idea de que en muy poco tiempo el cáncer terminal de próstata que le han diagnosticado va a acabar con su vida.

De él depende sus dos hijos, Ana (Hanaa Bouchaib) y Mateo (Guillermo Estrella), a los que saca adelante con muchas dificultades gracias a sus chanchullos en distintas actividades ilegales en las que está metido. No puede contar ni su hermano Tito (Eduard Fernández) ni mucho menos la madre de los niños, Marambra (Maricel Alvarez), cuyo carácter inestable, autodestructivo y con signos de bipolaridad la convierte en una amenaza para los pequeños más que en una ayuda. Con ese panorama tan desolador y con el tiempo en su contra, Uxball tendrá que poner sus asuntos en orden y encontrar el modo de que cuiden de sus hijos cuando él les falte.

Dolor. Mucho dolor. Iñarritu sigue empeñado en seguir mostrando el dolor como leit-motiv de sus películas. Si algo puede salir mal, ocurre. Esta "pornografía del dolor" no encuentra en el camino ningún oasis donde el espectador puede reconfortarse y termina uno deseando que acabe ya como sea. Sólo en la última curva de la película, el guión deja de apretar y lo que podría haber sido una matanza y un final horrendo al estilo de A SERBIAN FILM (2010), no lo es.

Al menos hay que agradecerle que para ésta se haya alejado de la estructura de historias cruzadas de las anteriores, y se haya centrado en el personaje al que da vida Javier Bardem. Como también ocurría en BABEL (2006), plantea muchos temas sin imponer una moraleja o tésis de ellos, pero es que además hay algunas tramas como las del don del protagonista a la que le saca poco partido. La verdad es que no he conseguido adivinar qué quiere contarnos con esta película y mi sensación es que quería poner luz a una situación muy lamentable y ya. Con un enfoque totalmente opuesto de la Barcelona que reflejó Woody Allen en VICKY CRISTINA BARCELONA (2008).

A ese guión que no se sabe qué quiere contarnos hay que sumarle una música realmente horrenda aunque salga de la batuta de Gustavo Santaolalla (en otra película dificil de digerir como A SERBIAN FILM (2010) la música empastaba perfectamente con la historia).

Lo mejor de esta película son sin dudas las interpretaciones. Encabezada por un Javier Bardem que esta vez no basa su actuación en una compleja caracterización o unos tics marcados, al que le acompaña una Maricel Alvarez que me dejó con la boca abierta con el personaje más complicado de la historia. Ellos están arropados por un excelente plantel de secundarios, ya por los actores españoles como por aquellos que dan vida a los inmigrantes, del que destaco a Rubén Ochandiano, Eduard Fernández, Ana Wagener y a Karra Elejalde, y al pequeño Guillermo Estrella.

Es sin duda una de las grandes películas del cine español (y mexicano) del 2010, aunque creo que no cumple las altas expectativas que teníamos sobre ella. Con eso no digo que sea una mala película, sino que no es tan buena como parecía. Si os atrevéis a verla, prepararos para dos horas y media de dolor, mucho dolor, y para ver un puñado de buenas interpretaciones.

11 ene 2011

Por Alejandro Contreras

En plena postguerra y tras la muerte de su madre, la vida de Marcos (Manuel Camacho) y Juan José (Agustín Rodriguez López) no es nada sencilla. Su padre (Vicente Romero) vive ahora con otra mujer (Luisa Martín) que solo tiene ojos para sus hijos, mientras que a ellos les reserva sus peores formas, los gritos y las palizas. En lugar de ir a la escuela están encargados de sacar a pasear al rebaño de cabras que Don Honesto (Jose Manuel Soto) les ha encargado. Una fatídica noche se encuentran los pequeños con una manada de lobos que les matan cinco cabras. Su padre no puede afrontar el gasto y como única solución decide entregar al pequeño Marcos para que Don Honesto disponga de sus servicios.

Ceferino (Carlos Bardem) se encarga de llevar a Marcos para que ayude al viejo pastor Atanasio (Sancho Gracia), mientras sigue investigando el rastro del Balilla (Álex Brendemühl), un maqui del que se ofrece una importante recompensa. Junto a Atanasio irá aprendiendo técnicas de supervivencia y cómo conseguir comida gracias a la ayuda de un hurón. No será su único apoyo, ya que aunque al principio le temía, Marcos irá construyendo una relación con Lobito, un lobo de apenas cuatros meses que será esencial en la supervivencia del pequeño en las montañas.

Yo soy el primer sorprendido de lo mucho que me ha gustado esta película. El poster de la película con ese Juanjo Ballesta con una ridícula peluca hacía pensar en una película bastante mediocre. Pero es justo lo contrario. Gerardo Olivares ha adaptado la vida de Marcos Rodríguez Pantoja (al que le regala los últimos minutos del metraje) para crear una historia de ficción que tiene muchos elementos extraidos de esa vivencia.

"Nunca trabajes con niños, con animales o con Charles Laughton". Gerardo Olivares solo hace caso de la tercera cláusula de esta advertencia que hacía Alfred Hitchcock a futuros cineastas, y además sale muy bien parado. Las escenas de los animales son soberbias y dignas de admirar, empastando perfectamente con el gran descubrimiento de la película, el pequeño Marcos Camacho.

Hijo del ferretero de Villanueva de Córdoba, un pueblecito en Sierra Morena, y sin formación como actor se desenvuelve perfectamente con el entorno, con los animales y con el resto de actores, consiguiendo emocionarse y emocionar a todos los que le vemos traspasando la pantalla con mucha facilidad. Al soberbio trabajo de Marcos Camacho hay que sumarles unos paísajes alucinantes y una banda sonora que enfatiza los sentimientos de la película solo hacen engrandecer una de las mejores películas españolas del 2010.

De las casi dos horas de metraje sólo en la última media hora Marcos Camacho le pasa el relevo a Juanjo Ballesta. Si bien en ese cambio la película flojea un poco, Juanjo consigue mantener el nivel marcado por Marcos y terminar bien el personaje aunque la peluca y sus aullidos hacían todo lo contrario. No hay que olvidar el trabajo de un Sancho Gracia, algo demacrado por el duro tratamiento que en la vida real está sufriendo para luchar contra un cáncer, que consigue crear un personaje tosco de primeras al que se le coge cariño enseguida y que tanto recuerda a Paco Rabal. No sería justo no hacer una referencia a Carlos Bardem que es el malo de este western andaluz.

Es una pena que para los Goya 2011 se haya preferido otras películas de mayor tirón mediático, pero os recomiendo a todos que no perdáis la oportunidad de ir a un cine a ver ENTRE LOBOS (2010) que es junto a BURIED (2010) una de las dos mejores películas que el cine español ha producido este 2010.

10 ene 2011

Por Alejandro Contreras

En plena guerra civil, los payasos siguen adelante con su función a pesar de que el ruido de los bombardeos atemoriza a los pequeños que asisten a su representación. Un grupo de milicianos irrumpe en el circo obligando a parar el espectáculo y a que cojan un arma para luchar con ellos en contra del Bando Nacional. Aún vistiendo sus ridículos disfraces, la gente del circo va cayendo en el ataque a excepción del payaso tonto del circo (Santiago Segura) que resulta ser un eficaz combatiente. Es así, que tras la derrota deciden perdonarle la vida y condenarle a cadena perpetua. 

Javier, el hijo del payaso triste, se queda sólo en el mundo y hará todo lo posible para tratar de ayudar a su padre. Aprovechando que su padre con el resto de presos está trabajando en la construcción del Valle de los Caídos, idea un plan para salvarle que acaba con fatales consecuencias. Aún así, está decidido a convertirse en un payaso triste como su padre.

Sus deseos se hacen realidad cuando ya de adulto Javier (Carlos Areces) consigue ser la pareja artística de Sergio (Antonio de la Torre), el payado tonto de un circo del que él es su mayor reclamo. Sergio resulta ser una persona bastante desagradable, al que ningún integrante del circo se atreve a contradecir, y al que se le va la mano con bastante soltura con su Natalia (Carolina Bang), su novia y una gran impresionante trapecista. La atracción de Javier por la chica de su compañero se irá acrecentando en las continuas escapadas que ella le va proponiendo, creándose un peligroso triángulo amoroso entre ellos tres.

Alex de la Iglesia dirige y firma el guión de esta irregular película. Si bien tiene un arranque muy prometedor con la historia del padre del protagonista, a continuación nos metemos en una montaña rusa con un guión que va hilvanando como puede las escenas (en algunos casos “idas de olla”) de su guionista. Al igual que pasaba con LOS ABRAZOS ROTOS (2009) de Pedro Almodóvar, Alex de la Iglesia recupera en esta película muchos de los elementos de su cine, aunque más que un Grandes Éxitos parece un popurrí malo.

Mucha violencia en una historia bastante radical que aprovecha para re-escribir algunos pasajes de la historia de este país con dudoso gusto además para lidiar batallas personales. Aunque hay ratos que recuerda a Tarantino, y a sus INGLORIOUS BASTERDS (2009), también hay pasajes que parecen sacado de McGiver (esa transformación en obispo travesti de Carlos Areces) o de las últimas películas de Batman (con un par de payasos que compiten por ser los Jokers patrios).

Aunque el resultado es un poco agridulce es indudable que la película tiene algunas escenas antológicas (con los mejores títulos de crédito al inicio que he visto en mucho tiempo, las ensoñaciones con el Raphael payaso o la batalla final en la cruz del Valle de los Caidos), y que tiene un par de protagonistas que están de cine con dos bombonazos de personajes.  

Carlos Areces se erige como un gran intérprete totalmente entregado a la película, y para muestras sus desnudos sin ninguna falta de pudor, y un Antonio de la Torre que vuelve a brillar como no lo había hecho en anteriores trabajos. Muchas colaboraciones de amiguetes, y no sólo de Santiago Segura que en su corto papel deja muy buen sabor, y que además cuenta con grandes secundarios de nuestro cine (Manuel Galiana, Terele Pávez, Luis Varela o Manuel Tejada).

Antes de verla pensaba que podría ser la salvación de un año algo mediocre de cine español, sobre todo por la buena prensa que los premios a la dirección y al guión que consiguió en la última edición del Festival de Venecia. Después de verla creo que más que ayudar lo que consigue es dejar aún peor sabor de boca para un año bastante flojo. Prefiero el Alex de la Iglesia más comedido de películas como LOS CRÍMENES DE OXFORD (2008) que este disparate tan desbocado y sin sentido al estilo de su serie PLUTÓN B.R.B. Nero (TV)

7 ene 2011


Por Alejandro Contreras

Sebastián (Gael García Bernal) ha conseguido convencer a su productor, Costa (Luis Tosar), para trasladar al equipo de rodaje de su próxima película a Bolivia. Allí pretenden recrear la llegada de Colón y los primeros españoles a Santo Domingo, y cómo algunos se atrevieron a denunciar al imperio español por los abusos que cometieron con los indígenas americanos.

Aprovechando la situación precaria del país, Costa podrá contratar multitud de extras y de actores del país para que den vida a los indígenas por una verdadera miseria. Mucho más alto es el caché de los actores que vienen de España como Antón (Karra Elejalde) para dar vida a Cristóbal Colón, Juan (Raúl Arevalo) como Antonio de Montesinos y Alberto (Carles Santos) como fray Bartolomé de las Casas. Junto a ellos está María (Cassandra Ciangherotti) filmando con su videocámara en paralelo un documental de lo que acontece en el rodaje.


De los bolivianos que participan en la película, Daniel (Carlos Aduviri) tiene el personaje más importante de todos. Sebastián se quedó prendado de su fuerza y de la mirada de sus ojos en un altercado que hubo en los castings, a pesar de los esfuerzos de Costa de convencerle que Daniel podría ser una fuente de problemas.

No andaba muy equivocado Costa cuando Daniel se erige como uno de los cabecillas de movilizaciones contra el gobierno del país por la privatización del agua para que pase a ser propiedad de una multinacional extranjera. El estallido de la conocida como la Guerra del Agua en abril del 2000 pondrá en jaque al equipo de la película no sólo por el rodaje de la película sino por los ideales que tanto defienden.

Iciar Bollaín se atreve con el que sin duda es el proyecto más ambicioso del cine español del 2010. Paul Loverty guioniza este alegato de la doble moral de esos cineastas e intelectuales que defienden grandes ideales pero luego son tan miserables como los gobiernos o las situaciones que denuncian. Sin llegar a incomodar demasiado, pero con un mensaje bien claro que puede ser extensible a todos.

A nivel técnico la película es impecable, con una fotografía alucinante y con un arranque espectacular con la cruz que sobrevuela en un helicóptero (que sabiamente han incluido en el estupendo póster de la película).

Resulta mucha más interesante la historia que ocurre en el rodaje de Bolivia en el 2000 que las escenas que se incluyen de la película de los descubridores. El paralelismo de ambas historias se ve claramente desde el principio y tal vez sobren escenas de indígenas y nos falten escenas de bolivianos. El miedo explica la incoherencia de muchos personajes, pero no se termina de entender el cambio radical que sufre el personaje tan deshumanizado como el productor de cine al que da vida Luis Tosar.

De todo el elenco de actores, es Luis Tosar sin lugar a dudas el que más sobresale con un registro muy alejadro del Malamadre que tantas alegría le dió. En segundo lugar habría que resaltar el trabajo del desconocido Carlos Aduviri y de Karra Elejalde que merece más escenas y más recorrido de su personaje. Aunque el resto no están nada mal, estos tres hacen un trabajo que merece ser premiado. Hay que felicitar a quién ha hecho el trabajo de casting para la película a pesar del resbalón de Gael García Bernal, una eterna promesa que nunca termina de germinar.

Cuando la Academia eligió a TAMBIÉN LA LLUVIA (2010) por encima de CELDA 211 (2009) para representar a España en los Oscars 2011 consiguió crearme la curiosidad y la expectativa de que me iba a encontrar algo mejor que lo que nos ofreció Daniel Monzón. Y no ha sido así. TAMBIÉN LA LLUVIA (2010) es tan buena película como era EL BAILE DE LA VICTORIA (2009) de Trueba, pero sin sacar todo el provecho al material tan bueno del que disponían para hacer una película tan redonda como CELDA 211 (2009)

 

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