31 may 2011


Por Alejandro Contreras.

Tras un descanso de 6 años, Montxo Armendáriz regresa a la pantalla grande con un proyecto que es todo un reto. No es el primero ni el último que trata el tema de los abusos sexuales dentro del entorno familiar, pero Montxo elimina de raíz todo aquello que puede resultar escabroso o morboso dentro de una historia que ya lo es por naturaleza propia.


En NO TENGAS MIEDO (2011) nos adentramos en la vida de Silvia (Michelle Jenner) que aún siendo una niña comienza ser el objeto de los juegos sexuales de su padre (Lluís Homar). Su madre (Belén Rueda) no ve, o tal vez no quiere ver, lo que está ocurriendo en su propia casa y piensa que todos son fantasías de su pequeña.


Junto a Silvia, que prácticamente está en todas las escenas de la películas, iremos viendo como es su vida durante los años de abusos continuados, y cómo intenta seguir su vida después de haber vivido algo que no logra entender. Realmente el primer protagonista de Michelle Jenner es todo un reto para la joven actriz que le viene algo grande. Solo basta compararla con Iranzo Erro o Irene Cervantes, las otras actrices que dan vida a Silvia con 14 y 7 años respectivamente para ver que Michelle aún está un poco verde para un papel tan complejo como éste. Tal vez otras actrices de su generación como Marian ÁlvarezMaría Castro o la propia Núria Gago que da vida a la mejor amiga de la protagonista hubieran sacado más partido a un personaje como éste.


Tan sólo dejamos de lado la historia de Silvia para conocer la vida de otras víctimas que relatan el infierno que han vivido. Y es tal la credibilidad que rebosan que realmente da la sensación de que no son seis actores sino que son testimonios reales. Y esa credibilidad es la que le falta a Belén Rueda, que no hay quién se la crea en su papel de madre sofisticada y fría, tal vez porque se haya perfeccionado en otros papeles más amables. A Lluís Homar le vuelve a tocar un personaje tan desagradable como el Sr. Manuel Berenguer de LA MALA EDUCACIÓN (2004), pero con un trazo mucho más simplista y hueco que el que dibujó junto a Pedro Almodóvar.



Tal ha sido el afán por evitar escenas explícitas o desagradables, que Montxo Armendáriz ha ido podando la historia hasta dejarla en una película insípida. No hace falta llegar a los extremos de SRPSKI FILM (2010)  / A SERBIAN FILM (2010), pero no evita que durante la proyección eches mano al reloj para ver cuánto queda para que acabe. Es muy loable la ética con la que se ha enfrentado a una historia como ésta, pero es una pena que la historia se diluya mientras transcurre. Tal vez se deba a no saber encontrar el equilibrio entre el tono didáctico de la película con el relatar una historia real y auténtica que tal vez no sea la historia más común entre las víctimas de abusos en su entorno familiar.

A nivel técnico es intachable y tal vez Montxo Armendáriz adolezca de un mal que está cada vez más entendido en el cine patrio y es la falta de riesgos. Tal vez más relacionado con la crisis económica y las pocas ganas de los productores a productos pocos rentables. Tanto querer evitar los puntos más controvertidos sólo consigue que las propuestas del cine español sean cada vez menos apetecibles y con impresiones de lo más predecibles. NO TENGAS MIEDO (2011) es realmente lo que te esperas, tan simple como eso.

24 may 2011



Por Alejandro Contreras.

Hoy se cumplen 70 años del nacimiento en Duluth (Minnesota, USA) del conocidísimo cantante y compositor Bob Dylan. Cinco años atrás, el director Todd Haynes, que ya había dirigido películas como VELVET GOLDMINE (1998) y FAR FROM HEAVEN (2002), comenzó a hablar con los representantes del artista para llevar al cine algunos de los episodios de la vida del cantante. Y no quería rodar un biopic al uso sino algo totalmente distinto.


Para ello decidió contar seis episodios de la vida del cantante con seis actores distintos. Más o menos se puede entender que contara con Christian BaleHeath LedgerRichard Gere o Ben Whishaw cuyos rasgos pueden dar el pego. Pero lo realmente sorprendente que se contara con una mujer como Cate Blanchett o un muchacho negro de apenas 14 años de edad como Marcus Carl Franklin.

Tan sorprendente son estas dos últimas elecciones como fue el recital de interpretación que nos regala Cate Blanchett, con un trabajo que le sirvió para ganar la Copa Volpi en el Festival de Venecia 2007, un Globo de Oro como actriz secundaria y su correspondiente nominación al Oscar en la misma categoría. Simplemente prodigiosa.

El título de la película, I´M NOT THERE (2007), viene por una vieja grabación que hizo Bob Dylan en 1967 de un tema que jamás vio la luz… hasta el lanzamiento de esta película donde se incluyó en la banda sonora, tanto la versión original del propio Dylan como otra más actual de la banda Sonic Youth.


En el antepenúltimo trabajo de Heath Ledger, tan sólo le dio tiempo a rodar THE DARK KNIGHT (2008) y parte de THE IMAGINARIUM OF DOCTOR PARNASSUS (2009) antes de su muerte, se pone bajo la piel de Robbie Clark, un exitoso actor de Hollywood que está a punto de echar al traste su matrimonio con Claire (Charlotte Gainsbourg) por sus escarceos amorosos, como le ocurrió al propio Bob Dylan alrededor de 1975. Al pequeño Marcus Carl Franklin le toca encarnar a Woody Guthrie, un joven que tras fugarse del reformatorio va enlazando vagones de tren con vivencias con otros músicos que van conformando su personalidad y su estilo musical, todo un guiño a los comienzos del músico.


Richard Gere no es otro que Billy “El Niño”, recordando como Dylan participó en la película de Sam PeckinpahBen Whishaw encarna al poeta Arthur Rimbaud, que tanto influenció a Dylan, en un interrogatorio donde contesta con frases muy reconocidas del artista.


Christian Bale le vemos como el músico Jack Rollins que termina convirtiéndose en el padre John aludiendo a una etapa espiritual de Bob, rodado a modo de documental con una aparición de Julianne Moore en un personaje que recuerda bastante a Joan Baez. Y por último Cate Blanchett, que le toca rescatar con una etapa algo complicada de Bob Dylan entre 1965-1966.


Realmente Todd Haynes ha creado una verdadera catedral cinematográfica tan compleja como la Sagrada Familia y rebosante de pequeños detalles que sólo los conocedores de la vida y obra de Bob Dylan podrán extraer en su totalidad. Para un espectador que apenas conozca detalles de su vida será una película algo dura de digerir por sus seis historias paralelas, su larga duración y la poca conexión entre ellas. Es decir, que sin un buen guía la catedral planteada sólo parece un amasijo de piedras.

18 may 2011

Por Alejandro Contreras

Antes de ser película, fue novela. Y antes de ser novela, fue canción. El “Norwegian Wood (The Bird Has Flown)” de The Beatles es la canción favorita de Naoko, una de las protagonistas de la novela de Haruki Murakami publicada en 1987. Enseguida se convirtió en un éxito de masas en la juventud japonesa que supo apreciar una historia que iba más allá de una historia de amor.

Sus simbolismos y guiños a otras obras literarias, por ejemplo La Montaña Mágica de Thomas Mann, consiguió que la novela terminara interesando a medio mundo. Casi a punto de cumplir 25 años da el salto a la pantalla grande de la mano del director de cine vietnamita Anh Hung Tran.


En esta adaptación regresamos a finales de los setenta, en concreto al primer año universitario de Toru Watanabe (Kenichi Matsuyama). Un trágico incidente cuando aún tenía 17 años le lleva a comenzar una nueva vida en otra ciudad tratando de dejar atrás a su pasado. Pero su pasado aparece de nuevo al reencontrarse con Naoko (Rinko Kikuchi) con la que comenzará a dar largos paseos, sin mencionar jamás aquello que tanto daño hizo en la vida de ambos. Hasta que un buen día desaparece sin saber nada más de ella.

Mientras Toru prosigue sus estudios, sin mucho interés y más interesado en leer toda la literatura occidental que le es posible, sus compañeros andan movilizados por razones políticas. Además de su interés con Naoko, no podrá evitar sentirse atraído por su compañera de las clases de teatro Midori (Kiko Mizuhara), y a dejarse tentar por las tentaciones que le ofrece Nagasawa (Tetsuji Tamayama). Pero no puede quitarse de su cabeza a Naoko de la que pronto volverá a tener noticias de ella.

Ningún director de cine podrá ofrecer jamás una adaptación de una novela que supere la que nuestra mente iba realizando mientras leíamos una novela. Pero en esta ocasión, aunque se han eliminado muchos de esos detalles y referencias que enriquecían la obra, Anh Hung Tran ha conseguido acercarse bastante a la idea que me hice cuando leí la novela original en su día.

El resultado no puede ser mejor. La película no solo entra por los ojos, con una fotografía y dirección artística que compone unos marcos insuperables para las escenas, sino también por el oído ya que la banda sonora compuesta por Jonny Greenwood, miembro de Radiohead, que consigue rellenar los silencios con melodías que vienen como anillo al dedo. Y por último felicitar la elección de los actores. Aunque Rinko Kikuchi es la más conocida internacionalmente por su trabajo en BABEL (2006), el resto de intérpretes no se quedan atrás, destacando Kenichi Matsuyama con un papel protagonista tan complejo.

Esta película estrenada en el pasado Festival de Venecia del 2010 no sólo no defrauda, sino que es todo un lujo que la novela de Haruki Murakami haya tenido una adaptación tan exquisita y que no ha traicionado al espíritu de la historia original.

17 may 2011

Por Alejandro Contreras

MIDNIGHT IN PARIS (2011) ha sido la película con la que arrancó el Festival de Cannes 2011. No sólo así agradece Francia el amor que procesa Woody Allen por su país y su cultura, sino también celebran que haya conseguido rodar una película íntegramente en territorio francés. No es la primera vez que aparece la capital parisina en el cine del neoyorquino ya que en un par de ocasiones, concretamente en LOVE AND DEATH (1975) y en EVERYONE SAYS I LOVE YOU (1996), ya aparecían escenas filmadas en París.

A pesar del gran éxito comercial y de crítica que obtuvo con MATCH POINT (2005), Woody Allen tuvo que abandonar su ansiado proyecto de rodar en París la adaptación de su cuento ‘El episodio Kugelmass’ por problemas de financiación en el 2006. Cuatro años después y gracias a su colaboración con la productora española Mediapro, con la que ha rodado VICKY CRISTINA BARCELONA (2008) y YOU WILL MEET A TALK DARK STRANGER (2010), su sueño ya es toda una realidad.

Sólo dos días después de su estreno en Cannes, y adelantándose una semana de su estreno en USA, los españoles han podido disfrutar de esta comedia. Y esta deferencia ha sido correspondida con unos resultados en taquilla tan buenos que a pesar de competir con las grandes producciones de Hollywood, ha sido la película más taquillera del pasado fin de semana en España. No hay que olvidar que a los atractivos habituales de su cine hay que sumarle el empuje mediático que supone contar con la primera dama francesa en el elenco de intérpretes. Aunque las intervenciones de Carla Bruni apenas superen los cinco minutos en pantalla, son suficientes para convencer al público a sacar su entrada.

Arrancar con varios minutos donde se enlazan fotogramas de los puntos más bellos de París nos hacía presagiar otro folleto de viajes disfrazado de película como fue VICKY CRISTINA BARCELONA (2008). Al igual que en su película española, vamos conociendo la ciudad de la mano de turistas de alto standing con lo que el retrato roza la idealización, y también el vacío más absoluto. Menos mal que Woody Allen ha sabido entender las reacciones tan negativas que consiguió VICKY CRISTINA BARCELONA (2008), para conseguir con un arranque parecido darle el giro apropiado para que veamos que ha aprendido su lección.

Por suerte un carruaje para a medianoche para recoger al protagonista de esta historia, y de allí trasladarlo a su época dorada, el París de los años 20. Como en THE PURPLE ROSE OF CAIRO (1985), un par de realidades se van entremezclando para ir confeccionando esta pequeña fábula sin animales. Hubiera facilitado distinguir ambas épocas si hubiera rodado las escenas del París de los años 20 en blanco y negro, y dejar el color sólo para las del 2010, pero no ha querido sacrificar los colores con los que ha retratado su particular recreación de la época. Llama la atención que no hay ninguna foto del álbum oficial de la película que contenga alguna imagen de esos años dorados, tal vez protegiendo al espectador para que el mismo descubra esta sorpresa.

No sólo ha buscado recrear los años 20 sino que se ha permitido la licencia de recuperar algunos de los mitos de la cultura moderna. Salvador Dalí, Ernest Hemingway, el torero Belmonte o F. Scott Fitzgerald serán algunos de los personajes recreados, aunque no siempre con igual fortuna en el trazo. Algunos guiños sobre las obras o las vidas de estos artistas pasarán inadvertidos para aquellos que no los conozcan en profundidad, pero se les ha sacado poco jugo a personajes tan potentes como éstos. El resultado final es una comedia veraniega ligera, muy ligera, con un par de ideas interesantes que quiere transmitir su director y guionista, a la vez que no desaprovecha la ocasión para lanzar algunas puyas a sus compatriotas del partido republicano.

Owen Wilson nos ha acostumbrado a verle en películas de humor bastante grueso y sorprende verle salir tan bien parado de esta nueva prueba de casting que está realizando Woody Allen a jóvenes cómicos en busca de su mejor sustituto. Hasta su tartamudeo.

Raro sería que en una película de Woody Allen no nos encontramos a alguna secundaria brillando sobre el resto, y en esta ocasión no es Marion Cotillard, que ya empieza a cansar verla encarnar otra francesas misteriosa perdida en un mundo paralelo, sino Rachel McAdams que se merece muchos más minutos. En esta ocasión además hay un par de secundarios, como son Michael Sheen interpretando al pedante Paul y un vibrante y magnético Corey Stoll como Ernest Hemingway que no se merece más minutos sino toda una trilogía dando vida al escritor. Eso si, la recreación de Salvador Dalí de mano de Adrien Brody hace que la de Robert Pattinson en LITTLE ASHES (2008) sea una obra maestra.

Que la crítica especializada la señale como una de las mejores películas de los últimos años de Woody Allen es una muestra más de que el neoyorquino no está en su mejor época. Tal vez por eso el mensaje de advertencia que “cualquier tiempo pasado no fue mejor que éste”, pero no cuela. Lejos está del brillo de MATCH POINT (2005) pero al menos la película se deja ver sin ser tan bochornosa como VICKY CRISTINA BARCELONA (2008).

 

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