5 abr 2012


Por Alejandro Contreras.

1957. Recién graduado de la universidad y sin contar con el beneplácito de su familia, Colin Clark (Eddie Redmayne) se va a Londres en busca de una oportunidad en el mundo del cine. No se le ocurre otra cosa que ir a la oficina del gran actor británico Laurence Olivier (Kenneth Branagh).



Su insistencia le consigue una oportunidad para ser el tercer asistente del director en el nuevo proyecto de Olivier en la dirección, una comedia que le alejaba de sus otros largometrajes anteriores como realizador: THE CHRONICLE HISTORY OF KING HENRY THE FIFT WITH HIS BATTELL FOUGHT AT AGINCOURT IN FRANCE (1944), HAMLET (1948) y RICHARD III (1955). Laurence Olivier había conseguido a la estrella del momento, a una Marilyn Monroe (Michelle Williams) en pleno boom profesional y noticia en todos los medios por su recién matrimonio con el escritor Arthur Miller (Dougray Scott).

De ese complicado rodaje fueron vox populi los problemas de comunicación entre el director británico y la estrella norteamericana y los celos que Vivien Leigh (Julia Ormond) tuvo al ver a su marido Laurence Olivier tan entusiasmado con la llegada de Marilyn

THE PRINCE AND THE SHOWGIRL (1957) logró ser finalizada a pesar de los pesares, y aunque la experiencia desagradó tanto a Laurence Olivier hasta el punto de no volver a dirigir otra hasta 1970, consiguió hasta 5 nominaciones a los BAFTA incluyendo una a Marilyn.

No fue hasta casi 50 años después de su estreno cuando Colin Clark, ese joven tercer asistente de dirección, publicó dos novelas/diarios donde relataba lo que él había vivido junto a la explosiva rubia protagonista.


Primero publicó The prince, the showgirl and me: the Colin Clark Diaries (1995), y cinco años después lo continuó con My week with Marilyn (2000). Tras abandonar el mundo del cine en 1987, se centró en el mundo de los libros donde sorprendió con el relato que hizo de su particular vivencia junto a Marilyn Monroe.

¿Fue Colin Clark un farsante o era el momento de contar su historia? Marilyn había fallecido 30 años antes y no podía corroborar o negar lo publicado, y tras la muerte del propio Clark en el 2002 ya sólo queda este testimonio escrito. En 2004 Simon Curtis se interesa por este material y comienza a pelear por llevarlo al cine, hasta por fin comenzar a rodarla en septiembre del 2010. Y gracias al productor Harvey Weinstein que le dio el empujón necesario para que el proyecto se convirtiera en una realidad.


Ni Scarlett Johansson, ni Kate Hudson, ni Amy Adams. La elegida fue Michelle Williams que impresionó a Harvey Weinstein por su excelente interpretación en BLUE VALENTINE (2010), que lamentablemente sigue sin estrenar en España. Y es todo un acierto. Durante toda la película Michelle Williams desaparece en pro de una recreación de Marilyn Monroe bastante conseguida, con algún fotograma donde cuesta ver que no es la real. Tal vez como cantante resbale un poco, pero consigue llenar la pantalla con el mismo brillo y encanto que la malograda actriz. El reto además era crear un personaje real no solo una imitación perfecta, y ahí es donde Michelle Williams triunfa. Nos ofrece una Marilyn incompleta, de la que no sabemos muchas veces qué pasa por su cabeza ni por su vida, pero que es cómo el propio Clark la veía. Lastima que Meryl Streep llevara 30 años sin llevarse un Oscar. 

La película se completa con otras estrellas del cine británico con la veteranía de Judi Dench, el temperamento de Dominic Cooper y la frescura de Emma Watson. Aún así es Eddie Redmayne la verdadera revelación de la película. Si en SAVAGE GRACE (2007) lo veíamos medio enamorado de Unax Ugalde y con una relación demasiado afectiva con su madre Julianne Moore, aquí nos lo encontramos como un ingenuo y vital Colin Clark, el verdadero protagonista de la película aunque los focos y la atención se dirijan a Marilyn Monroe/Michelle Williams. Es muy difícil no conmoverse por sus emociones, por sus alegrías y por sus tristezas, y empatizar con el personaje que tiene entre manos y que seguro que marcará un punto de inflexión en su carrera. A este muchacho hay mucho cine que extraerle. Mucho.


MY WEEK WITH MARILYN (2011) evita los aburridos biopics que van desde el nacimiento a la muerte, se centra en una sola semana y encima nos cuenta los acontecimientos a través de su protagonista masculino negándonos conocer más que lo que el ve, sabe o sospecha.

Una decente producción británica que es todo un regalo para cualquier cinéfilo de volver a ver a Marilyn Monroe moverse por sus anchas en la pantalla grande. Ojalá cualquiera de las recreaciones de MIDNIGHT IN PARIS (2011) hubieran tenido un diez por ciento de la magia de esta Marilyn, a excepción del Hemingway de Corey Stoll. Cine dentro del cine en este 2011 donde tanto se ha homenajeado al séptimo arte, pero que además esconde una historia de amor tan intensa como fugaz, y tan creíble como dolorosa.   




Por Alejandro Contreras.

En el 2007 Brian Selznick publica la novela The Invention of Hugo Cabret. Aprovechando algunos datos reales sobre el francés George Mèliés, uno de los pioneros en el mundo del cine, desarrolla una historia de ficción cuyo protagonista es un joven huérfano que sobrevive en una estación de trenes de París.
No tardó mucho tiempo en venderse los derechos para llevar al cine la novela de Brian Selznick, con la que el reputado director Martin Scorsese tiene en sus manos un material de lujo para la que ha sido su primera incursión en el mundo del cine 3D. Si se tiene la sensación de que gracias a esta tercera dimensión los cineastas están abriendo un camino aún por recorrer, que mejor que hacerlo homenajeando y recordando a aquellos que un siglo antes lo hicieron en los primeros pasos de la cinematografía.

Técnicamente HUGO (2011) es una verdadera maravilla. Su fotografía, sus imágenes nostálgicas del París que mejor queda en el cine, el vestuario tan cuidado e incluso lo apetecible que se ven los “croissant” franceses. Martin Scorsese ha rodado una cinta que es todo un regalo para la vista y que justifica los 5 Oscars que ha recibido este año por la Academia de Hollywood. Con el uso del 3D pues pasa como en casi todas, en las primeras escenas tienes muy presente que no es una película convencional, pero al cabo de unos minutos esa tercera dimensión da bastante igual.

Esa majestuosa estación de tren, ese submundo que se esconde tras los relojes, autómatas que esconden secretos, y secretos que esconden a genios. A pesar de tener tan maravillosa envoltura, es cierto que a la película le cuesta casi una hora arrancar. Eso sí, cuando lo hace el relato merece mucho la pena. Lástima de esa aburrida primera hora. 

HUGO (2011) no es una película de actores para nada, sería lo más alejada a otras como CARNAGE (2011) de Roman Polanski donde el interés está en los intérpretes. En este caso los personajes son meros elementos en pro de una historia más interesante. Aún así Scorsese ha contado con grandes nombres como Ben KingsleyJude Law en una corta intervención, Christopher Lee en otra aparición tan breve la anterior, y hasta con el provocador Sasha Baron Cohen en un registro de “malo” de película infantil.  Es decir, idiota.

Aquí los verdaderos protagonistas son el pequeño Asa Buttefield dando vida a Hugo Cabret, y Chloë Grace Moretz como Isabelle, la compañera de aventuras del joven Hugo. Ambos muy eficaces, pero poco más.

En este 2011 donde han destacado tanto las películas que han mirado al pasado, sobre todo al del cine, y donde Francia ha sido nombra en tantas de ellas, creo que  HUGO (2011) más que recordar a la etapa que cuenta THE ARTIST (2011), o al París que ve Woody Allen en sus viajes al pasado de MIDNIGHT IN PARIS (2011), es SUPER 8 (2011) de J.J.Abrams la que tiene más puntos en común con ella. Y no sólo por que en ambas hay sorprendentes descarrilamientos de trenes, sino porque en ellas se ensalza la faceta del cineasta, de aquel que a pesar de los pocos medios o la inexperiencia cree en la magia del cine. Tal y como ocurría en  SUPER 8 (2011), una de las mejores escenas de la película de Scorsese es sin duda cuando se pone en marcha un viejo proyector.  Y no puedo negar que el autómata me recordaba muchísimo al robot naranja de EVA (2011) de Kike Maíllo.

HUGO (2011) ha conseguido un gran número de premios además de los 5 Oscars técnicos, de los 2 premios BAFTA británicos y del Globo de Oro a la dirección de Scorsese, siendo su tercer premio en esta categoría. Un hermoso homenaje a los pioneros del cine y en definitiva a cualquiera que ame al cine, lastima que esté tan descompensada la parte técnica de la parte narrativa. Si se hubiera equilibrado más, no habría “artista” que le hiciera sombra.





Por Alejandro Contreras.
Tan sólo con la primera escena, la reflexión hecha en el tren, el director Tom Tykwer ya deja claro que 3 (2010) es mucho más que un triángulo amoroso. El director de LOLA RENNT (1998) es responsable de un guión poderoso, donde además de presentar la historia de los tres protagonistas, se ha permitido multitud de licencias para incluir elementos a priori externos a la película con algunas virguerías técnicas que solo enriquecen el resultado final. 



Escenas de baile contemporáneo al más puro estilo de PINA (2011), presentaciones en PowerPoint interrumpidas por ensoñaciones del porno ramplón de Cicciolina y Jeff Koons, alucinaciones angelicales, pesadillas donde se pierden los dientes e incluso sobreimpresiones a cuenta del número 39 que harían la delicia de cualquier aficionado a la numerología. Y estos son sólo algunos ejemplos, hay muchos más en 3 (2010).

Si a esto le sumamos un montaje realmente espectacular, que incluso utiliza varias pantallas partidas intercomunicadas entre sí, que demuestran que Tom Tykwer no sólo ha querido contar una historia distinta, sino que también la quería contar de otra manera. Aunque fácilmente la mezcla podría no haber empastado, no es el caso, y gracias a una potente trama principal se podían intercalar esos elementos secundarios tan inesperados en el relato.


Rodada en la ciudad de Berlín, de donde recupera para el cine lugares poco vistos en la pantalla grande, y algunos tan impresionantes como las piscinas de Winterbadeshiff de Treptow, con un gusto estético que se agradece.


Sorprende la facilidad con la que está equilibrada la historia, donde los 3 protagonistas son igual de importantes, sin caer en el manido 2+1 que es lo que normalmente ocurre en estos casos. Los tres personajes principales son tres regalos para sus intérpretes por los distintos registros que exigen, cualquier actor mataría por dar vida a retratos tan complejos e interesantes como éstos. Pero también han supuesto un reto y ha exigido de los tres que se desnuden en cuerpo y alma, e incluso que sacrifiquen una magnifica cabellera e incluso un testículo si es necesario. Tres actores de raza, desconocidos para el público español, aunque a Sebastian Schipper lo hemos visto en un personaje menor en THE ENGLISH PATIENT (1996) con un aspecto muy distinto al que luce quince años después en 3 (2010). Sophie Rois defiende muy bien el personaje más arisco a primero, mientras que Devid Striesow le toca defender el más atractivo de todos.












La rutina en una pareja de más de 20 años, la experimentación y el atreverse a transitar otros caminos, la muerte de un ser querido, la competitividad en el trabajo, el paso del tiempo, eutanasia, infidelidad y un sin fin de temas que van pasando en las dos horas de película. Y hasta hay espacio para que suene el clásico de David Bowie“Space Oddity” como el gran tema romántico de la película, como ocurría en la reciente EVA (2011) de Kike Maíllo.



Nominada a 6 premios de la Academia alemana del cine, de los que consiguió premio al director para Tom Tykwer, a la actriz protagonista Sophie Rois y al montaje, como no. Ese montaje también llamó la atención de laAcademia del Cine Europeo que la obsequió con una nominación al mejor montaje europeo del 2011. Todo estos reconocimientos sirven para ver más claro que estamos ante una gran película, cine adulto valiente y potente, y del que ojalá rueden una secuela con el mismo nivel. Aunque tal vez se debería llamar 5.

 

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