22 dic 2010
Por Alejandro Contreras
Le mandaron a Roma para que se sacara una carrera pero él la ha abandonado, a escondidas de su familia, para dedicarse a escribir. Tampoco saben que Tommasso (Riccardo Scamarcio) en realidad es homosexual, y que además comparte su vida con Marco (Carmine Marco). Vincenzo (Ennio Fantastichini), su padre, está planteándose su jubilación y quiere reunir a toda la familia para hablar del futuro de la empresa familiar.
Aprovechando la ocasión, Tommasso regresa con ganas de compartir con todos su verdad. Empieza con su hermano mayor, Antonio (Alessandro Preziosi), brazo derecho de su padre y que lleva años volcado en la empresa familiar, que le anima a que siga adelante con su plan. Ya en la cena, justo cuando Tommasso va a tomar la palabra para hablar, su hermano Antonio se le adelanta confesando algo que sorprenderá a todos, incluído Tommasso.
Desde su opera prima, HAMMAN (1997), el director turco Ferzan Özpetek ha contribuido con una filmografía que acumula premios y nominaciones por doquier. Una constante en su producción es la aparición de personajes gays positivos, bien lejos de los estereotipos negativos que abundan en la sociedad italiana. Para MINE VAGANTI (2010) no podía ser de otra manera al retratar la historia de dos hermanos homosexuales que durante años callaron frente a una familia tan conservadora como cualquier otra del sur de Italia. Y para seguir la racha, consiguió 13 candidaturas para la última edición de los David di Donatello, los Oscars italianos, de los que terminó materializando un par de ellos para sus actores más veteranos (Ilaria Occhini y Ennio Fantastichini). Además fue una de las películas seleccionada para el premio del público de los European Film Awards.
TENGO ALGO QUE DECIROS (2010), que es con el nombre con el que se estrena este mes en España, arranca en un punto muy interesante: no sólo por el impacto que tales acontecimiento tiene en la familia, sino por lo que supone para los hermanos conocer que el otro ha estado durante años callando lo mismo que uno. En esa parte que podría haber sido más novedosa e interesante se incide bastante poco, echando de menos en la mayor parte del metraje más apariciones del hermano del protagonista, y decide alojarse por tramas de esas que estamos ya hartos de ver. Incluida la previsible trama paralela que se nos ofrece sobre el pasado de otro miembro de la familia, que sólo en su desenlace consigue llamar algo la atención.
Y es una lastima porque la película tenía elementos para haber sido un peliculón. A nivel técnico e interpretativo pocas pegas se le puede poner, pero ese tono amable entre comedia y drama no termina de cuajar, consiguiendo la sensación de que el resultado final de la película queda algo descafeinado.
Labels: LOOSE CANNONS (2010), MINE VAGANTI (2010)
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