14 dic 2010
Por Alejandro Contreras
Liz (Julia Roberts) tiene ya más de 40 años y ha conseguido tener la vida con la que siempre ha soñado: casada con su novio de toda la vida, Stephen (Billy Crudup), con una gran casa y un buen trabajo. Aún así, no es feliz. Ella pensaba que consiguiendo esa vida lo sería y tiene una fuerte crisis existencial. Al principio la sobrelleva saliendo con David Piccolo (James Franco), un mediocre actor del off-Broadway bastante más joven que ella. Harta de esa infelicidad decide tomarse un año sabático y planea un viaje que le llevará a tres puntos: Italia, India y Bali, donde espera que se cumpla una promesa que un gurú le hizo en un viaje anterior. En su viaje irá conociendo a gente que le ayudará en esa búsqueda personal: junto al italiano Giovanni (Luca Argentero) volverá a disfrutar del goce de la comida, compartiendo lugar de rezo en la India con el tejano Richard (Richard Jenkins) conocerá el poder de la oración, y con el brasileño Felipe (Javier Bardem) la respuesta a su búsqueda.
Realmente sorprende los créditos de esta película. Dirigida por Ryan Murphy, director y guionista de éxitos televisivos como GLEE (TV) o NIP/TUCK (TV), que es también responsable de la adaptación junto a Jennifer Salt de la crónica que escribió Elizabeth Gilbert de un año de su vida. Durante 88 semanas estuvo encabezando la listas del New York Times Best Seller de no-ficción. Si a eso le sumamos un reparto de auténtico lujo con actorazos como Richard Jenkins, Judy David, James Franco o Javier Bardem, la verdad es que Julia Roberts pocas dudas tendría de su participación en esta película.
Durante 133 minutos, que se dice pronto, iremos viendo como un relato que arranca con mucha fuerza e interés va perdiendo fuelle según transcurre la trama, llegando a Indonesia por los suelos. Al igual que Woody Allen reflejaba en VICKY CRISTINA BARCELONA (2008) un retrato muy idealizado de España, iremos recorriendo los diferentes puntos de la historia sin ver apenas miseria o el impacto de la crisis mundial (ni siquiera en la India el relato es muy desgarrador). Las traumas del personaje principal bien podrían ser los de cualquiera de las protagonistas de SEX IN THE CITY (TV), y realmente yo no conseguí entenderla muy bien (¿cómo puede alguien dejar a James Franco o a Luca Argentero?).
Pensaba que con el desenlace podrían entender mejor que es lo que buscaba en su vida, pero me parece que tanta expectación se soluciona de una forma bastante burda. Julia Roberts se muestra correcta y algo fría, con lo que a pesar de los intentos de otros actores, el resultado te puede dejar algo helado. La traducción en español de Javier Bardem hablando en portugués es realmente denunciable, con un papel bastante flojo (al estilo de su colaboración en VICKY CRISTINA BARCELONA (2008)).
Con tan buenos ingredientes podría haber salido una paella de altura, pero al final parece más la paella que te podrían ofrecen de almuerzo en un avión: sigue siendo una paella, pero es insípida, te la comes con desgana y pronto la olvidas. Eso sí, como documental de viajes es impagable y yo tengo muchas ganas de volver a Italia a hincharme de comer.
Liz (Julia Roberts) tiene ya más de 40 años y ha conseguido tener la vida con la que siempre ha soñado: casada con su novio de toda la vida, Stephen (Billy Crudup), con una gran casa y un buen trabajo. Aún así, no es feliz. Ella pensaba que consiguiendo esa vida lo sería y tiene una fuerte crisis existencial. Al principio la sobrelleva saliendo con David Piccolo (James Franco), un mediocre actor del off-Broadway bastante más joven que ella. Harta de esa infelicidad decide tomarse un año sabático y planea un viaje que le llevará a tres puntos: Italia, India y Bali, donde espera que se cumpla una promesa que un gurú le hizo en un viaje anterior. En su viaje irá conociendo a gente que le ayudará en esa búsqueda personal: junto al italiano Giovanni (Luca Argentero) volverá a disfrutar del goce de la comida, compartiendo lugar de rezo en la India con el tejano Richard (Richard Jenkins) conocerá el poder de la oración, y con el brasileño Felipe (Javier Bardem) la respuesta a su búsqueda.
Realmente sorprende los créditos de esta película. Dirigida por Ryan Murphy, director y guionista de éxitos televisivos como GLEE (TV) o NIP/TUCK (TV), que es también responsable de la adaptación junto a Jennifer Salt de la crónica que escribió Elizabeth Gilbert de un año de su vida. Durante 88 semanas estuvo encabezando la listas del New York Times Best Seller de no-ficción. Si a eso le sumamos un reparto de auténtico lujo con actorazos como Richard Jenkins, Judy David, James Franco o Javier Bardem, la verdad es que Julia Roberts pocas dudas tendría de su participación en esta película.
Durante 133 minutos, que se dice pronto, iremos viendo como un relato que arranca con mucha fuerza e interés va perdiendo fuelle según transcurre la trama, llegando a Indonesia por los suelos. Al igual que Woody Allen reflejaba en VICKY CRISTINA BARCELONA (2008) un retrato muy idealizado de España, iremos recorriendo los diferentes puntos de la historia sin ver apenas miseria o el impacto de la crisis mundial (ni siquiera en la India el relato es muy desgarrador). Las traumas del personaje principal bien podrían ser los de cualquiera de las protagonistas de SEX IN THE CITY (TV), y realmente yo no conseguí entenderla muy bien (¿cómo puede alguien dejar a James Franco o a Luca Argentero?).
Pensaba que con el desenlace podrían entender mejor que es lo que buscaba en su vida, pero me parece que tanta expectación se soluciona de una forma bastante burda. Julia Roberts se muestra correcta y algo fría, con lo que a pesar de los intentos de otros actores, el resultado te puede dejar algo helado. La traducción en español de Javier Bardem hablando en portugués es realmente denunciable, con un papel bastante flojo (al estilo de su colaboración en VICKY CRISTINA BARCELONA (2008)).
Con tan buenos ingredientes podría haber salido una paella de altura, pero al final parece más la paella que te podrían ofrecen de almuerzo en un avión: sigue siendo una paella, pero es insípida, te la comes con desgana y pronto la olvidas. Eso sí, como documental de viajes es impagable y yo tengo muchas ganas de volver a Italia a hincharme de comer.
Labels: EAT PRAY LOVE (2010)
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