20 ene 2010
Por Alejandro Contreras
Ahora que está jubilado, Benjamín Espósito (Ricardo Darín) va a escribir su primera novela. No necesita inventarse ninguna historia, sino que retomará un crimen que investigó hace 25 años cuando trabajaba en un juzgado penal. Con la excusa de la novela, Benjamín volverá al juzgado donde trabajaba en 1974 para reencontrarse con Irene Menéndez (Soledad Villamil) con quién llevó el caso. El caso de la violación y posterior asesinato de Liliana Coloto (Carla Quevedo) no fue un caso más, no sólo por lo complejo que fue sino también por todo lo que implicó en la vida personal de Benjamín.
Algunos directores consiguen calar más en el público cuando rompen con su personal forma de hacer cine. Lo que consiguió Woody Allen gracias a MATCH POINT (2005) o Pedro Almodóvar con VOLVER (2006), llegar a un público distinto al habitual, es lo que ha conseguido Juan Jose Campanella con EL SECRETO DE SUS OJOS (2009). Su mezcla de thriller pausado con el melodrama romántico cuenta con unos personajes secundarios que son los que engrandecen la historia. Técnicamente tiene una buena factura y una digna reconstrucción de los años 70 (aunque la caracterización envejecida de algunos actores es un poco burda), y hay que remarcar el espectacular plano aéreo que baja hasta el estadio de fútbol del Racing de Avellaneda y la posterior confusión.
El guión dibuja tres personajes secundarios muy interesantes y cuyos actores lo interpretan de manera magistral. El primero es Guillermo Francella, compañero de trabajo del protagonista y con una pasión descontrolada por los bares de mala muerte, que consigue hacernos reir y enternecernos a partes iguales. El otro es Javier Godino (conocido en España por ser el primer Colate del musical HOY NO ME PUEDO LEVANTAR) que da vida a un posible sospechoso que está soberbio en la escena del interrogatorio (y no sólo por su explícita demostración de que está bien dotado) y en la del ascensor. Por último Pablo Rago, el desconsolado viudo de la víctima. Con ellos el trabajo de los protagonistas, Ricardo Darin y Soledad Villamil luce más, aunque a mi siempre me parezca que Ricardo Darín hace el mismo papel en todos sus trabajos.
No es una película que aporta nada nuevo al mundo del cine, pero que rebosa buen cine por los cuatro costados.
Algunos directores consiguen calar más en el público cuando rompen con su personal forma de hacer cine. Lo que consiguió Woody Allen gracias a MATCH POINT (2005) o Pedro Almodóvar con VOLVER (2006), llegar a un público distinto al habitual, es lo que ha conseguido Juan Jose Campanella con EL SECRETO DE SUS OJOS (2009). Su mezcla de thriller pausado con el melodrama romántico cuenta con unos personajes secundarios que son los que engrandecen la historia. Técnicamente tiene una buena factura y una digna reconstrucción de los años 70 (aunque la caracterización envejecida de algunos actores es un poco burda), y hay que remarcar el espectacular plano aéreo que baja hasta el estadio de fútbol del Racing de Avellaneda y la posterior confusión.
El guión dibuja tres personajes secundarios muy interesantes y cuyos actores lo interpretan de manera magistral. El primero es Guillermo Francella, compañero de trabajo del protagonista y con una pasión descontrolada por los bares de mala muerte, que consigue hacernos reir y enternecernos a partes iguales. El otro es Javier Godino (conocido en España por ser el primer Colate del musical HOY NO ME PUEDO LEVANTAR) que da vida a un posible sospechoso que está soberbio en la escena del interrogatorio (y no sólo por su explícita demostración de que está bien dotado) y en la del ascensor. Por último Pablo Rago, el desconsolado viudo de la víctima. Con ellos el trabajo de los protagonistas, Ricardo Darin y Soledad Villamil luce más, aunque a mi siempre me parezca que Ricardo Darín hace el mismo papel en todos sus trabajos.
No es una película que aporta nada nuevo al mundo del cine, pero que rebosa buen cine por los cuatro costados.
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