11 ene 2012
Por Alejandro Contreras.
Hace casi 30 años que Meryl Streep no va a una ceremonia de entrega de los Oscars y recoge un galardón. La última vez fue en 1983 por su trabajo en SOPHIE'S CHOICE (1982)que supuso su segundo Oscar, el primero como actriz protagonista (el otro fue como secundaria por KRAMER VS. KRAMER (1979)). Desde entonces la hemos visto regalándonos esas caras suyas de circunstancias cuando era otra quién se llevaba el galardón en más de 11 ocasiones, sumando hasta 16 nominaciones siendo la actriz con mayor número de ellas en estos galardones. Ni siquiera cuando todos pensábamos que era su momento por interpretaciones tan excelentes como las de THE BRIDGES OF MADISON COUNTY (1995) o la de THE DEVIL WEARS PRADA (2006), Susan Sarandon como la monja de DEAD MAN WALKING (1995) y Helen Mirren como la reina de THE QUEEN (2006) se lo arrebataron estrenándose ambas con su primera y única estatuilla hasta la fecha.
Este 2011 Meryl Streep ha asumido un gran riesgo que le podría permitir acercarse de manera definitiva a su tan ansiado tercer Oscar. Empataría con la actriz Ingrid Bergman a 3, aunque seguiría sin superar el record que posee Katherine Hepburn como la actriz más oscarizada de la historia con 4 estatuillas. De la mano de la directora Phyllida Lloyd con la que protagonizó MAMMA MIA! (2008), la adaptación cinematográfica del musical basado en las canciones de ABBA y que sigue siendo una de las más taquillera en Reino Unido, se atreve a encarnar una figura política esencial del siglo XX como fue Margaret Thatcher, y que además fue una de las primeras mujeres que consiguió una posición tan importante y poderosa en un mundo gobernado sólo por hombres.
Para cualquier actriz el personaje ya era todo un bombón, aunque siempre se corre el riesgo de que termine resultando un bombón envenado. No es el caso.
La gran expectación generada por su trabajo, sumada con una montaña de nominaciones y menciones en los distintos premios cinematográficos del año, además de que es una de las fijas en todas las quinielas para los Oscars 2012 nos hacen pensar que este 2012 por fin Meryl Streep podrá subir a recoger su tercer Oscar. Y no sólo eso, sino que este domingo 15 de enero incluso podría aumentar su récord en Globos de Oro con el octavo de su carrera. Sin olvidar que cuenta con los Weinstein de su parte, con lo que sus posibilidades se multiplican.
THE IRON LADY (2011) no es sólo un vehículo para mayor gloria de Meryl Streep, como si fuera un calco de lo ocurrido con THE QUEEN (2006), sino que además recupera un personaje tan controvertido como Margaret Thatcher y del que interesaba qué enfoque daban de él. Si uno se fía del trailer que han pasado estos meses en los cines españoles y del espantosa cartel, todo hacía presagiar a un biopic más cercano a los telefilms que a los grandes títulos del año, y tan acartonado como THE KING'S SPEECH (2010) que tanto gustó a los académicos de Hollywood. Aunque no consigue eliminar todos esos recursos que hace de los biopics películas tan aburridas para muchos cinéfilos (no puede estar más visto que el personaje mire una foto de su pasado y nos toque tragarnos el flashback de esa parte), THE IRON LADY (2011) sorprende por el retrato tan interesante que hace de su última etapa como una anciana que malvive con su pasado mientras pelea con la demencia senil que la azota.
Es en esta parte del personaje donde Meryl Streep realmente se gana su papeleta para ese tercer Oscar con una interpretación digna de recordarse, y presentando a una Margaret Thatcher desconocida, vulnerable y siendo la triste sombra de lo que un día fue. El retrato de su vida anterior es bastante discutible, y el guión de Abi Morgan, del que este año también podremos disfrutar de su trabajo en SHAME (2011), nos presenta a una política que consigue superar barreras que las mujeres de su época tenían sin hacer mucha leña de sus controvertidas decisiones. Para los hijos de la política, Mark y Carol, les parece el retrato de su madre como una fantasia con poca base real.
Ni que decir tiene que THE IRON LADY (2011) hay que verla en versión original para poder entender el trabajo tan completo de su protagonista. El resultado al final es de un biopic bastante más decente que otros que buscan la estatuilla para sus intérpretes, con una Meryl Streep impresionante que consigue eclipsar al resto del elenco incluido a Jim Broadbent como Denis Thatcher. No dudo de que alguna cadena de televisión en España se atreva a emular un retrato parecido al realizado a Margaret Thatcher sobre su vida y su enfermedad de sus últimos años, pero en este caso con la figura de Adolfo Suárez.
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