10 mar 2008
Tras haber perdido su trabajo, y estar harto de molestar a su novio estando en casa, Felix decide emprender un viaje. Su deseo es recorrerse toda Francia desde Normandía hasta Marsella para conocer a su padre, el cuál nunca quiso saber de él ni de su madre. Su viaje no pasa ni por grandes ciudades ni en grandes medios de transportes: Félix sólo cuenta con sus piernas y el auto-stop.
Reconozco que adoro cierto cine francés, y esta película es un ejemplo. Mientras el resto de cinematografías sigue tratando en sus películas de temática gay las salidas de armario, los conflictos sociales de ser homosexual, etc., Francia lleva años dando obras donde ser homosexual es parte del personaje y no el tema de la trama. Hay que estar muy avispado para darte cuenta de que Félix es seropositivo, porque en ningún momento se menciona explicitamente en la historia. Lo que otros hubieran hecho un drama, aquí es parte de la realidad del personaje.
Una hermosa película que habla sobre esas personas que nos encontramos en el camino y consiguen formar parte de nuestra familia. O incluso de rellenar los huecos que nos han faltado en nuestra vida. Una hermana, un primo, una abuela, o incluso un padre.
