31 mar 2012


Por Alejandro Contreras. 

Los orígenes de WAR HORSE (2011) no son muy distintos a los de LA VOZ DORMIDA (2011) de Benito Zambrano. En 1982, el escritor de literatura infantil Michael Morpurgo compuso la novela War Horse después de haber conocido el testimonio de muchos veteranos de la primera guerra mundial. En muchas de esas historias se repetía la importancia que tuvieron los caballos en ese conflicto, llegando para algunos de ellos ser un confidente al que le contaban sus miedos y esperanzas, además de un fiel aliado en las batallas. Más de un millón de caballos británicos fueran al continente a luchar, y sólo 62.000 volvieron. 



En la novela se nos cuenta la historia a través del punto de vista del caballo y sus relaciones con el joven granjero de Devon, el oficial británico que se lo llevó al frente, un soldado alemán que lo usó para huir de la guerra, y un viejo francés y su nieta que tratan de apartarlo del conflicto bélico que se ciernes sobre ellos. No fue nada sencillo adaptar esta novela, y el propio Morpurgo tuvo que desistir tras más de cinco años intentándolo. Nick Stafford en el 2007 consiguió una adaptación para el teatro donde el caballo era protagonista de la historia pero sin ser el narrador de la misma.



Este enfoque, y no el de la novela, fue el que tomaron Lee Hall y Revel Guest para la adaptación cinematográfica y que finalmente acabó en manos de DreamWorks y de Steven Spielberg que se enamoró del proyecto. Las marionetas de la versión teatral se sustituyeron por 14 caballos que dieron vida a Joey (ocho como adulto, cuatro como potro y otros dos como cría), y Richard Curtis terminó de re-escribir la historia para su versión definitiva.



Quien espere algo parecido a SAVING PRIVATE RYAN (1998) saldrá bastante decepcionado por una historia mucho menos bélica y dura, aunque gran parte de la historia ocurra con la primera guerra mundial como escenario. Con un enfoque mucho más infantil, a medio camino entre el cuento y la fábula (aunque los animales no hablen podemos reconocer en ellos multitud de características humanas), se nos presenta en WAR HORSE (2011) una de esas historias que puede disfrutar toda la familia, con un punto mágico que le aleja de la realidad pero que conecta de manera inmediata con las más puras emociones de los espectadores. 


  
En la filmografía de Spielberg podemos encontrar hasta 6 títulos relacionados con la Segunda Guerra Mundial, e incluso ha producido otras películas como FLAGS OF OUR FATHERS (2006) o LETTERS FROM IWO JIMA (2006) de Clint Eastwood o series de televisión como BAND OF BROTHERS (2001) y THE PACIFIC (2010) sobre ese mismo periodo; pero WAR HORSE (2011) es su primera incursión en la Primera Guerra Mundial.



Ha renunciado a algunos de los efectos técnicos que tanto sorprendieron en SAVING PRIVATE RYAN  (1998) y que la hicieron tan cruda, para conseguir el tono amable que la historia requería y con una fotografía de las más hermosas que hayamos podido ver en esta temporada. Multitud de escenas inolvidables y de planos como el de la huida del caballo en plena batalla que es una verdadera maravilla.  



Protagoniza esta historia un actor prácticamente desconocido que sólo había hecho una serie de televisión antes de ser el protagonista de una película tan ambiciosa como ésta. Jeremy Irvine es todo un acierto y un descubrimiento, un actor que enseguida empatiza con el público y que consigue de manera innata conectar con la parte emocional del espectador, y eso sin mencionar la buena química que crea con su partenaire, el caballo Joey.



Le arropan grandes actores veteranos como Peter Mullan Emily Watson, y otros con menos experiencia como David Kross, el chico de THE READER (2011), pero a los que le sobra el talento. Pero si hay alguien realmente sorprendente, es el caballo protagonista. 



Después de verla piensas que Steven Spielberg ha tenido que crear un caballo artificial como ya hiciera para JAWS (1975), porque cuesta creer que un caballo de verdad sea capaz de mirar y de actuar como hace JoeyY aunque usó un caballo animatrónico para la escena donde el caballo queda atrapado en la alambrada (en esa escena que tanto recuerda a la fantástica JOYEUX NOËL (2005)), básicamente para evitar que ningún caballo sufriera en el rodaje, es asombroso como animales de verdad consigan mirar a la cámara como hace Joey, con tanta emoción y diciendo tanto. 



Si después de BABE (1995) uno se planteara dejar de comer carne de cerdo, después de WAR HORSE (2011) no sólo te planteas que jamás comerás carne de caballo, por muy rica que sea en zinc, sino a aprender a montar a caballo y conocer mejor a un animal tan noble. 



En definitiva  WAR HORSE (2011) es una gran producción con el sello Spielberg, con todo lo que ello implica, y que recupera a un director que en sus últimos títulos, más concretamente en INDIANA JONES AND THE KINGDOM OF THE CRYSTAL SKULL (2008) y THE ADVENTURES OF TINTIN (2011), no ha estado tan acertado como en otros títulos como MUNICH (2008), SCHINDLER'S LIST (1993) o THE COLOR PURPLE (1985)WAR HORSE (2011) es un mágico cuento de 146 minutos que no deseas que acabe y que muy probablemente sea una de las películas que mejor trato hace de un animal que es tan bello por fuera como por dentro.



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