4 abr 2011


Por Alejandro Contreras

Una noche de fuertes lluvias, la subida del río termina destruyendo el pueblo donde viven los hermanos Crebinsky. Milagrosamente su casa es arrastrada por la corriente hasta terminar posándose en un punto perdido de la costa gallega. Junto a ellos se ha salvado su vaca Muchka, con la que compartirán una nueva vida aislados de todos y donde tendrán que aprender a sobrevivir por su cuenta aún siendo dos adolescentes.

Corre ya el año 1944 y los dos adolescentes ya se han convertido en dos hombretones. Feodor (Miguel de Lira) sigue llevando una especie de casco en su cabeza, tal vez por el trauma que le supuso ver como sus padres morían al caerse un árbol encima. Su hermano Mijail (Sergio Zearreta) aprovecha sus ratos libres para seguir esculpiendo en madera una reproducción de su vaca Muchka.

Un buen día se encuentran a un hombre tumbado en la playa totalmente inconsciente. Se lo llevan a su casa pero no hay nada que hacer ya que está muerto. Tal y como hicieron con sus padres, lo entierran aunque se quedan con algunas cosas que traía consigo como un curioso tubo relleno de un líquido. Lo que ellos no saben es que ese hombre era un paracaidista alemán que portaba una peligrosa entrega de wolframio.

Su rutina diaria se rompe el día que su vaca Muchka desaparece y comprenden una búsqueda que les llevará de la costa la interior. Ellos que desconocen que el mundo está metido de lleno en la segunda guerra mundial, ni siquiera pueden imaginar que haya un comandante americano (Luis Tosar) estudiando si su playa es la mejor para hacer el desembarco norteamericano. Ni mucho menos que hay una división del ejército nazi liderada por un alemán (Oliver Schultz) y que cuenta con un falangista (Farruco Castromán) que les ayudará a entender el entorno por donde irán persiguiendo el tubo de Wolframio que llevan los hermanos Crebinsky.

Tras el éxito que tuvo Enrique Otero el cortometraje OS CREBINSKY (2002), ha retomado esa historia para crear junto a Miguel de Lira el texto de su primer largometraje rodado en gallego principalmente, pero también con partes en inglés (a Luis Tosar hay que recomendar alguna academia para que mejore su inglés), alemán y español. Compartiendo productora con DOENTES (2011), consigue ser la segunda película gallega en entrar en la sección oficial del Festival de Málaga.

La película arranca con unos excelentes créditos animados que nos llevan al comienzo de un cuento que mezcla lo absurdo del mundo que se han creado los hermanos Crebinsky con la dura realidad que está ocurriendo a su alrededor. Es inevitable recordar a EL MILAGRO DE P. TINTO (1998) al visionar esta película, aunque sin conseguir un resultado final tan redondo como el de Javier Fesser.

Es de agradecer el poder disfrutar de una película que huye de las propuestas más convencionales, aunque a ratos le cueste mantener el ritmo para no aburrir al espectador. Para dar vida a esta historia el director ha contado con muchas colaboraciones de grandes actores como los gallegos Luis Tosar y Celso Bugallo, además de la participación de la estrella alemana Oliver Schultz que participó en películas tan importantes como DIE WELLE (2008) / LA OLA (2008). En cambio, los dos protagonistas no están demasiado finos en sus papeles, que si ya de por sí son personajes pocos creíbles, sus interpretaciones poco ayudan a que empaticemos con ellos.

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