24 nov 2007
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Benito Lacunza (Alberto San Juan) es un trompetista de mala muerte que malvive en Madrid. Ante el posible fallecimiento de su padre, decide ir a su pueblo navarro natal para allí reecontrarse con su pasado, y con una realidad bastante distinta de lo que dejó por allí.
La exquisita fotografía de esta película, donde cada fotograma tiene una calidad admirable. Una historia de antihéroes y héroes que atrapa. Y el trabajo de Alberto San Juan. Estas tres razones son suficientes para ir a ver esta película. Cierto que a ratos puede resultar algo previsible, que la música destroza más que embellece, y que es una historia algo menor. Pero en un año como el 2007 donde el cine español está bajo mínimos de calidad, una película como está sobresale.
Ganadora de 4 biznagas del Festival de Cine de Málaga 2007, incluído Alberto San Juan que apunta a llevarse este año un Goya muy merecido. Pero no será el único, y yo apuesto por Julián Villagrán en el personaje más desconcertante de la cinta, junto a la jovencisima Violeta Rodríguez.
Aunque sus primeros trabajos no me decían mucho de él, el atractivo y el magnetismo que Alberto ejerce sobre mí va aumentando según los años. Probablemente la mente más lúcida de Animalario, y uno de esos actores que da gusto escucharlo hablar. Creo que se me nota que es una de mis debilidades, además que creo que es atractivo hasta cuando va sucio y desalmado.
